Tiene el aspecto de una gran esponja.
Es muy blando, pero está bien protegido por el cráneo.
Eso pasa muy rápido, no nos damos cuenta: es un reflejo.
El cerebro decide si escribimos con la mano derecha o con la izquierda.
El cerebro permite reflexionar, tener ideas, inventar, hablar con los demás.
Gracias al cerebro podemos guardar en la memoria lo que aprendemos de chicos, como andar en bici.
También recordamos los eventos pasados.
Cuando permanecemos sentados sobre las piernas demasiado tiempo y cambiamos de posición, sentimos un cosquilleo: los nervios se han adormecido.
Los músculos tienen necesidad de descansar, por eso hay que dormir.
Pero el cerebro continúa trabajando: tenemos sueños o pesadillas.
Fuente: COLAZO, Pablo Daniel. Colección Quiero Saber: Mi cuerpo. Buenos Aires: Arte Gráfico Editorial Argentino, 2012.
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