quinta-feira, 15 de outubro de 2020

El tacto

Si mirarmos la piel con una lupa, veremos unos pequeñísimos agujeritos en la superficie; son los poros. 
Si tenemos mucho calor, los agujeritos dejan salir el sudor y eso nos refresca; si tenemos frío, se cierran para que el calor no escape del cuerpo.

Debemos evitar tocar algo muy frío, porque nuestros dedos pueden entumecerse y es muy doloroso. 
Para jugar con la nieve, hay que usar guantes
Acercar las manos al fuego es agradable, pero ¡cuidado!: si tocamos las llamas, nos quemamos.

La piel nos permite apreciar la temperatura del agua que cae, y si es una lluvia suave o si llueve mucho.
Cuando sentimos frío luego de tener calor, temblamos. Pequeños músculos debajo de la piel se sacuden para calentarnos.

La piel de los dedos es muy sensible. 
Si nos pinchamos o cortamos con un cuchillo, el dolor es intenso. 
Con solo tocar una piedra sabemos si es lisa o rugosa, es decir, si el dedo se desliza fácilmente sobre ella o no.

Podemos saber si la almohada es mullida tomándola con nuestras manos.
Si tocamos un cactus, pincha. 
Si acariciamos un gato, es suave.

Fuente: COLAZO, Pablo Daniel. Colección Quiero Saber: Los 5 sentidos. Buenos Aires: Arte Gráfico Editorial Argentino, 2012.

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