Nuestros pulmones se llenan de aire y transmiten el oxígeno a la sangre, que lo conduce a los diferentes órganos que hay en el cuerpo.
El aire entra por la nariz o por la boca, luego penetra en los pulmones.
Se llenan los pulmones de aire, rico en oxígeno.
El pecho se infla.
Luego, se expulsa el aire soplando.
Por tragar muy rápido, a veces tenemos hipo.
Se puede detener bebiendo con la nariz tapada, conteniendo la respiración ¡o dándonos un susto!
Cuando hace frío, sale en forma de nubecita: es vapor.
Un niñito puede asfixiarse al tragar algo pequeño que tape el conducto que lleva el aire a los pulmones.
No podemos respirar bajo el agua, pues entra en los pulmones y eso es muy peligroso porque podemos ahogarnos. Para nadar bajo el agua se usa un tubo llamado "esnorquel".
Fuente: COLAZO, Pablo Daniel. Colección Quiero Saber: Mi cuerpo. Buenos Aires: Arte Gráfico Editorial Argentino, 2012.
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